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martes, diciembre 31, 2013

¿Preocuparse por los animales o por los niños?

Muy frecuentemente, los proteccionistas son criticados por "ocuparse primero de los animales y no de los niños"
Esta es la respuesta para todos aquellos que parten del falso supuesto de que los defensores de los animales NO se ocupan también de los niños.



Poner imágenes así es siempre duro, pero es muy necesario. En este momento, quizás el cerdo sea el animal más torturado del mundo. Y eso es mucho decir, sobre todo tratándose de un ser tan inteligente como un perro.


Veamos el problema desde otro punto de vista... yo soy de los que hacen mucha más campaña por los animales que por los niños, pero lo veo como una campaña que incluye a los niños.
Para mí, ayudar a los animales ES ayudar a los niños.

La diferencia más grande que encuentro entre ambos tipos de activismo es que, mientras los animales son ayudados a pulso por cada uno de nosotros y no hay ninguna organización oficial estatal ni religiosa importante, real, que actúe, que se ocupe específicamente de ellos, los niños son el motivo principal de toda clase de organización política, social y religiosa que exista.
Ayudar a los animales ES
ayudar a los niños

No vamos a encontrar una sola plataforma política, o ningún grupo religioso, de beneficencia, incluso organizaciones a nivel mundial que
no contengan la palabra "niños" entre sus propósitos principales. Supongo que deben ser el objetivo más común luego del mantenimiento de la paz mundial - paradójicamente, porque el deseo de beneficiar, proteger y asegurar el futuro de los niños es la razón más frecuente de las guerras.

¿Cuál es la fotografía más típica de un líder político o religioso? Pues el tío en cuestión levantando a un bebé en brazos. Es el argumento por excelencia, la razón por la cual hacemos todo.

Que todo ese ejército mundial de ayuda a los niños hagan mal las cosas, es otro tema.

Pero los animales no entran en esas organizaciones ni metas. Apenas ahora han comenzado a tener importancia, luego de que los así llamados "animalistas" se juntaran a nivel global gracias a Internet. Los atropellos contra la dignidad animal y la naturaleza son sin cuento, de una crueldad infinita, y constituyen en sí mismos un atropello a la dignidad del niño, ya ni hablemos del adulto.

Supongamos que un día un niño descubre de dónde vienen algunos de sus alimentos que le han llegado en un precioso envase de colores, y ve que provienen de un animal que no ha visto jamás la luz del sol ni ha pisado el pasto, que se ha mantenido en una caja de acero ajustado a su cuerpo para que no gaste energías y engorde, separado de madre apenas nacido, etc etc (ya saben, todo lo que habrán leído en las páginas animalistas)
El maltrato animal es un profundo, disimulado daño moral para los niños.

Eso en sí es un maltrato infantil, pero no lo tomamos como tal. Así que nos ocupamos de su alimento, de su ropa, de su vivienda, mientras le enseñamos tácitamente a que todas las cosas, incluyendo los seres vivientes, pueden ser considerados como objetos útiles hechos para su goce, sin que el sufrimiento causado importe un carajo. Y luego, cuando extienden esa conducta hacia otros animales, como ser los salvajes, o incluso hacia otros seres humanos... nos quejamos. No vemos la conexión, y pensamos ¿qué habré hecho mal?
Aunque por lo general, las personas habituadas a obtener beneficios del sufrimiento animal también suelen ver como *positivo* el progreso personal de sus hijos a través del pisar cabezas (humanas)
Es el mismo movimiento.

El día en que haya oficinas gigantes en las Naciones Unidas dedicadas a los animales, ministerios para el bienestar animal en los países, policías de animales, y que los sacerdotes llamen a la compasión también para los animales, quizás los animalistas tengan más tiempo de ocuparse de sus congéneres crías de homo sapiens.
Pero mientras tanto, ambos grupos no se pueden comparar.

El desequilibrio es ENORME, incomparable, y el maltrato animal es un profundo, disimulado daño moral para los niños.

lunes, diciembre 02, 2013

La última trampa del "yo"

Los grupos donde los diálogos son intelectuales se diferencian notablemente de aquellos donde predominan las vivencias - que siempre son los menos. En los primeros, los participantes creen "comprender" y "avanzar", a pesar que, desde afuera, lo que se ve es una inmovilidad absoluta donde los textos son leídos una y otra vez desde los mismos estados internos.
En los grupos vivenciales las personas son sacudidas hasta sus raíces, y la conversación se basa más en lo que les pasa a cada uno en la aventura de una vida en las múltiples dimensiones de la existencia.
Los diálogos eternamente pensantes suceden en los grupos filosóficos, pseudo-K (como Tolle), o incluso en los grupos K. Pero también sucede en los grupos que supuestamente se basan en "vivencias", como los de Osho y similares, donde el laberinto intelectual es cambiado por  un laberinto emocional-catártico.



Pregunta hecha por Alejandra, en el Grupo Uranianos:

¿El ''sobrecuestionamiento'' de los mecanismos psicológicos del que se hablaba el otro día, puede tener que ver con un esfuerzo por comprender? Una intención de comprender, una dirección en la acción?

Respuesta:

El "yo", como "subproducto" del instinto de conservación, lucha por sobrevivir. Es una de sus características.
Y cuando es expuesto ante filosofías y/o prácticas que pueden significar el fin de su sobrevivencia, a veces reacciona de formas muy curiosas, inconscientes

Es muy importante esto último... el "yo" tiene una parte que puede actuar sin ser advertido para sí mismo.

Vamos a un ejemplo concreto, MUY común en los grupos y Fundaciones K (que es adonde apuntás, Alejandra, o no?)

Una persona entra en contacto con las enseñanzas de dos maneras:

- con vivencias atemporales previas que han "desteñido" su yo
- con falta de esas vivencias, y por lo tanto con un yo muy armadito, bien estructurado y afianzado en la sociedad, por ej.


Al final, la razón por las cuales las personas quedan inmovilizadas en el "yo intelectual" o el "yo emocional" durante años, en los grupos supuestamente trascendentales, es una sola: el viejo y tramposo "yo" disfrazado ahora de "buscador de la verdad"
El que entra con el yo desteñido (alias "el desteñido") tiene destellos de percepción inmediatos con respecto a ciertas cuestiones que el el "yo fuerte" (alias "el armado") no ve de entrada.

Esto suele ser muy evidente en dos personajes que aparecen una y otra vez en este grupo como los intérpretes por excelencia de K, que son Tolle y Osho.

El "desteñido" inmediatamente ve algo desagradable en ambos. No sabe qué es, pero sabe que algo anda mal ahí. No puede redondear intelectualmente el por qué le caen mal, simplemente lo siente y ya. Simultáneamente, todo lo que dice K le parece natural, e incluso obvio (bue.. todo todo no, pero huele la verdad pura ahí, y tampoco sabe por qué)

Mientras tanto, el "armadito" necesita de laaaaaaaaaaargas charlas para llegar a ver lo malo de Tolle y Osho. Y al mismo tiempo, no entiende del todo a K, o sea, algunas cosas de él (particularmente de su vida privada) le parecen raras, extrañas, incomprensibles...

Cuando esto se traslada a un grupo de diálogos, es frecuente ver a los más armaditos dar vueltas, evitar, rondar, escapar de todo aquello que implique el fin de los diálogos detallistas de los mecanismos, de esto y lo otro... se resiste a pasar a vivir diferentes estados, ajenos al pensamiento. Los estados meditativos. Entonces el "yo", en forma totalmente inconsciente para el mismo individuo, genera nuevos temas de conversacion que creen que "eventualmente" los llevarán a la iluminación, en algún futuro. Cuando los encontrás liados en los mismos temas, 5 o 30 años después, te das cuenta de que han estado en el mismo lugar, y que esas conversaciones "iluminadoras" son, en realidad una muy sutil trampa del yo para sobrevivir impidiendo pasar a estados de contemplación, percepción que terminarían con él.

Y lo más gracioso es que muchas veces algunas de las personas presas en estas ruedas de conejillos es que promueven estos diálogos con el fin de liberarse del yo.

Por eso insisto tanto en la necesidad de las vivencias previas a las charlas. Y si no se han tenido, entonces, luego de un tiempo de charlas hay que suspender los diálogos, lecturas, pensamientos y tener esas vivencias porque si no, comienza una acumulación de conocimientos que luego se vuelve imposible de destruir.

De hecho, una coraza del "yo", su última trampa, el disfraz de buscador de la verdad.