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lunes, febrero 19, 2007

¿Una memoria no fisica? - Hablar de lo no hablable

Para aquellas personas que han estado revisitando este blog desde que comencé con la serie de Armando, aquí les escribo algo que les puede interesar.
Lo que sigue es una respuesta a otro mensaje que decía esto acerca del tomar contacto con "la base" (entendido esto según Krishnamurti)

> Es posible que mucha gente lo viva en algún (o muchos momentos) y que
> simplemente lo descarte, no lo tenga en cuenta.
> ¿Por qué algunos lo descartan y otros lo cuidan como a algo sagrado que no
> se puede tocar ni mirar...ni cuidar? Eso es un misterio.

Absolutamente. Una muy buena cuestión. Y, si hemos de mirar el curso del mundo, es una pregunta importante, porque ¡podría cambiar tantas cosas!

Respecto a que si no es el cerebro lo que registra que "algo está
pasando", entonces, ¿qué es?
Porque alguna clase de registro hay.
En el Diario de K él se preguntó una vez cómo era posible que el cerebro tomara nota de "lo que estaba pasando."
¿Es posible que haya una memoria no cerebral?
No creo que las células sean TODO en el proceso de memorizar; ¿dónde residiría entonces la conciencia común de la humanidad? Si uno hereda el condicionamiento de milenios, ¿es por transmisión cultural, genética, o porque queda guardado en algún otro lugar y luego eso encarna en un cerebro?
¿Y qué sucede con aquellos que recuerdan sus vidas pasadas?
Krishnamurti recordaba detalles de la vida del Buddha... ¿dónde quedó eso durante 2600 años?

Cuando uno toma contacto con dimensiones atemporales el pensamiento ciertamente no participa más que colateralmente, sino que está diciendo: "está pasando algo". Pero no es el actor.
Sin embargo, una vez pasada la experiencia queda un claro "recuerdo" de ella ("caminé, estaba feliz, todo brillaba... etc.)

Volviendo al tema de por qué para algunas personas esa experiencia pasa de largo y para otras se convierte en el centro de sus vidas, permitime sugerir algo: rara vez las personas se topan de pleno con esa experiencia; es decir, sólo tienen experiencias "livianas" de
ella. Se sienten felices, tienen un sentimiento de misterio, etc.
pero nada más.
Así que lo toman como algo fortuito, "algo que pasa".
A su vez, las personas que tienen una relación con esa dimensión, que la han profundizado, son muy reacios a hablar de la misma, a veces pienso que por demasiada mala lectura de Krishnamurti.

Yo creo que tal vivencia es fundamental, es el sentido mismo de la vida, y uno debe aproximarse a ella con toda naturalidad.

Una tarde caminábamos por Buenos Aires con mi hijo, cuando él tenía 14-15 años y algunos de sus amigos de la infancia estaban comenzando a involucrarse en las drogas.
Entonces ambos nos sumergimos en ese otro nivel, inesperadamente, como siempre. Le llamé la atención sobre eso, le pedí que observara qué sentía, como veía las cosas, como sentía el cuerpo, en fin.
Le pedí que observara cuán profunda era esa felicidad; entonces le dije:
"No hay nada mayor que esta felicidad. Yo probé todas las drogas, menos la heroína, y te aseguro que no hay felicidad tan completa y tan esencial como ésta. Hacé lo que quieras, pero esto no lo vas a encontrar en ninguna parte, y lo que nos pasa es un raro privilegio"

Como ves, hay una lista de errores, según los cánones K: nombrarlo, compararlo, sentirse premiados, etc. etc.
Pero yo soy así, lo tomo como algo natural, lo nombro, trato de que los demás pasen por esa experiencia, no tengo muchas barreras al respecto.

¿Y funciona?
Sí. Mi hijo jamás tomó ni siquiera un vaso de cerveza, e hizo de ese "estado" el centro de su vida - sin presiones de ninguna clase de mi parte, todo lo contrario.

Ahora bien, nombrarlo en demasía también "cosifica" al cerebro.
Vuelve demasiado concreto al pensamiento y entonces éste se vuelve un obstáculo para los estados creativos.

Esto es lo que me está pasando con la "biografía" de Armando que les ando escribiendo. Sucede que desde que comencé he estado perdiendo el contacto con aquello. Y eso me hace cuestionar sobre la corrección de lo que hago. De ahí que no esté escribiendo más.

Bueno, espero que algunos del grupo no se asusten con tantas cosas que largué, pero esta es mi vida, así veo las cosas, ya tengo 50 años y no vine aquí para "caretear".

Simplemente, me gustó que comenzaran a hablar como a mí me gusta.

Un abrazo.

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viernes, febrero 16, 2007

Los grupos uranianos


Me da no se qué cortar la secuencia de Armando con este post, pero creo que está relacionado con el siguiente capítulo, que se va a llamar: Armando, Capítulo III: Las reuniones.

Y es que este mensaje trata sobre los grupos uranianos y su relación con Krishnamurti.
Lo que sigue es una respuesta a una recién llegada al Grupo "Uranianos" y me parece pertinente colocarlo aquí en este contexto.

Ha habido un aumento de personas que revisitan este blog desde que comencé con los capítulos de Armando. Pareciera que vuelven casi todos los días a ver qué hay de nuevo. Incluso he recibido mensajes personales pidiéndome la continuación de la serie.
Pero no puedo escribir sobre Armando tan fácilmente como sobre otros temas.
Así que disculpas por la tardanza, pero ya estoy en eso.

LOS GRUPOS URANIANOS
(respuesta en un foro)

... en realidad los uranianos somos bastante diversos dentro de un "tono general" que nos une, como en todo grupo.
Cuando vas a un club deportivo, podés notar rápidamente cómo es el ambiente marciano (ya que, estadísticamente, los deportistas tienden a tener Marte fuerte).
En ese ambiente, o en el ambiente militar (otra actividad marciana) las cosas suelen estar ordenadas, hay jerarquías, competencia, mucha vitalidad y hombros anchos.
Dentro de esa aparente uniformidad hay diversidad: hay quienes gustan de los animales, está el marciano intelectual, el marciano actor, etc. Pero dentro de algo mayor, de esa atmósfera deportiva-competitiva que los une a todos.

Igual pasa si vas a un ambiente saturniano: las universidades, laboratorios... o un ambiente venusiano como el de las cárceles. Esos documentales que hay ahora sobre presos reales son muy instructivos: uno puede percibir una tónica agresiva de base, una tónica general de peligro latente; luego existen distinciones menores: uno es más comunicativo, otro es más artista, etc. Pero esa tónica general que impregna la prisión... eso es Venus en su mal aspecto.

La uranianidad es una tónica más extraña (es el planeta de lo extraño).
¿Cuál sería un ambiente uraniano?
Bueno, hay muy pocos y muy muchos, depende de cómo se mire.

La uranianidad se puede manifestar primariamente como un interés por lo metafísico.
Esto, de la mano de los gurús explotadores (que incluyen a las religiones organizadas) puede terminar deformando la mente de un uraniano.
Hay muchos uranianos en sectas horribles, pero aún así siguen siendo uranianos. La práctica totalidad de los grupos orientalistas (con el yoga a la cabeza) están llenas de uranianos. La entera New Age, por ejemplo, es un ámbito uraniano. Pero de uranianos perdidos, según cómo lo veo yo.

Otro ambiente uraniano es el ecologismo, sobre todo el activo. Greenpeace, permacultura, etc. Yo me siento bastante identificado con esta rama, y forma parte activa de la transformación mundial.

El ámbito de las drogas está también poblado de uranianos, si bien ya no predominan como cuando el boom del hippismo. El hippie tradicional, el "buen hippie", el original, es también un uraniano (perdido, por supuesto, pero simpático)

Como ves, variadito.
Personalmente (muchos no lo creen así) considero que los grupos uranianos más puros están representados por las comunidades relacionadas a la enseñanza de Krishnamurti: grupos que se reúnen, escuelas, comunidades o iniciativas que lo tienen en su centro. Esto está pasando en varios lugares del mundo.
La persona interesada en las enseñanzas de Krishnamurti (y por ende, el budismo, taoísmo, yoga) suele tener una uranianidad mucho más marcada que el resto de la "colectividad", y esto a nivel temperamento así como en el plano astrológico.

A tal punto llega esta diferenciación que está siendo objeto de una investigación aparte en mis estudios estadísticos astrológicos:
¿Es tan uraniana la persona que se interesa por la búsqueda de la verdad, en sí misma, como la que simplemente se interesa por el "mundo colateral" de lo esotérico?


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jueves, febrero 01, 2007

Armando: Capitulo II - El encuentro

Ahora bien, ¿Por qué una descripción de Armando comienza con la - extraña - descripción de quien lo describe?
Pues por la necesidad de dejar en claro que Armando vivía en dos dimensiones: una, la realidad densa, concreta, cotidiana para casi todas las personas del mundo, y también en otra realidad sutil, paralela e interactiva con la realidad concreta.
Y también para dejar en claro que alguien que no vivía esta segunda realidad de la Vida no tenía la menor posibilidad de comprender a Armando. Ni lejanamente. Esto se aplica a todos los que viven en esas dos dimensiones: no pueden ser comprendidos por las personas "normales"
Y sucedía que por aquellos días, yo andaba inmerso en esa segunda realidad del Universo más que en la realidad "concreta", "normal", (que en verdad es mucho menos concreta y normal que la realidad sutil, pero esto es otro tema...)

El campo sutil no es nada simple a su vez; en aquellos años yo sólo distinguía dos estados: el estado normal y otro extraordinario, tal como en mi niñez. Luego del "Diario" de K distinguí más cosas de ese campo; por ejemplo, "la presencia" no era el estado de vacío, ni el estado de vacío era el estado de intensidad energética, etc.
Para alguien recién llegado a ese terreno todo eso puede sentirse parecido; sólo con sucesivas vivencias la mente va ahondando en cada una de ellas y va percibiendo las diferencias.
Es un mundo con sus propias leyes, y estas leyes, en muchas ocasiones, chocan frontalmente con la lógica.

Y aquí tocamos la segunda característica de Armando: su cerebro concreto, el de los pensamientos, era sumamente lógico.
Así que para acompañar a Armando uno tenía que tener una sensibilidad muy aguda y un pensar racional.
Todas las personas que conocí que se llevaron una mala impresión de Armando fallaban en una de estas dos cosas: o no percibían bien la realidad sutil o no pensaban con toda la lógica. Cuando estas dos cosas andaban bien, uno podía enojarse con Armando solamente por cuestiones personales, nimias, nada importantes: lo esencial estaba a resguardo y uno podía percibir lo extraordinario de su persona y su papel dentro de la enseñanza.
Debo aclarar aquí que en lo estrictamente personal Armando tenía una personalidad sumamente complicada, y era definitivamente fácil perder la paciencia con él o - más fácil aún - que él pierda la paciencia con los demás. Era absolutamente intransigente con lo que consideraba equivocado y ante eso, atropellaba como un tren de carga. Esto le traería no pocos problemas a lo largo de los años, y uno realmente tiende a compadecer a quienes no tuvieron el tiempo, la capacidad o la paciencia de descubrirlo en su totalidad. Armando era mucho más que su mal genio. Era un buen Genio...;)

Así que cuando ambos nos conocimos teníamos en común esas dos cosas: sensibilidad a las energías sutiles y gusto por el pensar lógico. Pero en nuestro encuentro lo determinante fue una rara y fugaz experiencia paranormal, que nunca se me volvió a repetir, y del cual no he escuchado tampoco.

Nos conocimos en la Fundación Krishnamurti Hispanoamericana de la calle Cerrito, en Buenos Aires, en algún momento del verano de 1977-78, en la sala de proyección de videos.
Cuando entramos con Abel y Jorge, Armando y Claudio se hallaban a unos 4 metros de nosotros, sentados en la pared opuesta. Nos sentamos en el suelo y Abel me lo señaló mientras él miraba el video. Pude observar las características de su rostro, que me llamaron la atención de la misma manera - imagino - que le llamaron la atención a Ginés. Era un rostro interesante, de actor, pero más allá de eso, *interesante* en algún otro sentido.
En su época de mayor actividad teatral y televisiva, Armando era detenido por las calles por sus admiradores, como cualquier otro actor famoso de nuestros días.
Usaba anteojos gruesos, de color verde oscuro. En un momento dado, en medio del video (aún no nos habían presentado, ni hablado, ni nada) Armando giró su cabeza y nuestras miradas se encontraron por primera vez.

Lo que sucedió a continuación sigue siendo muy difícil de explicar para mí.
Hubo un contacto FISICO de nuestras miradas. Exactamente como si el aire que se hallaba entre nuestros ojos, en un tubo recto de unos 4 metros y 10 cm. de ancho, oscilara vivamente, se moviera, ondulara como una serpiente. Espero que se entienda bien: EL AIRE o algo muy parecido al aire, osciló intensamente por una fracción de segundo con tal intensidad que tuve que apartar la mirada por la incomodidad física que mis ojos sufrieron; esa ondulación me causó la misma impresión que si dos dedos de aire de un ser invisible se me hubieran metido en los ojos. Visto a través de ese "tubo", la cara de Armando se deformó fugazmente tal como cuando uno mira a través del aire caliente que sube de la tierra en un día caluroso.
No vi qué hizo Armando ante ese brevísimo y silencioso evento que pasó inadvertido para todos, pero yo quedé shockeado.
Cuando terminó el video, Armando y Claudio se levantaron de sus asientos y vinieron a sentarse en el suelo con nosotros. Abel nos presentó, y lo primero que le pregunté a Armando fue:
- ¿Armando, sentiste lo que pasó...?
- Sí, sí - dijo interrumpiéndome, y desvió la conversación y no volvimos a hablar del asunto nunca más.

Esta primera anécdota ilustraría a la perfección una característica que tendría nuestra relación durante los siguientes 26 años: una sucesión de eventos paranormales grandes y chicos de los cuales Armando sólo querría hablar en raras ocasiones mientras que yo trataba de hacerlo con desesperación, ya que me interesaban profundamente esas cosas.

En todo caso, lo siguiente que pude observar de Armando fue la intensidad de su campo energético. Sentado en un grupo, Armando se convertía sí o sí en un centro de gravedad, y esto aún cuando se mantuviera callado (cosa rara...)
Tenía una voz grave, profunda. Le gustaba cantar ópera, y lo hacía muy bien. En los años 40 - creo - incluso dio recitales de poesía sobre la obra "Melpómene" de Arturo Capdevila. Hasta el final de sus días, Armando conocía de memoria esa larga obra. Yo le solía tomar exámenes de Melpómene, ya que había conseguido un libro para regalarle a mi entonces mujer (nieta de Arturo): no se equivocaba en una sola palabra, y su recitado era hipnotizante.
Arturo mismo fue un día a conocer a Armando, cuando se enteró que su obra estaba siendo recitada por un actor. Se conocieron y Arturo lo invitó a su casa, donde Armando conoció a varias personalidades de la intelectualidad de aquella época.
Capdevila fue uno de los personajes que trabajaron para traer a Krishnamurti a la Argentina en el año 1935.

Es curioso pensar que Krishnamurti y Armando estuvieron en la misma ciudad al mismo tiempo y no se conocieron. Cuando K estuvo aquí, Armando estaba firmemente arraigado en el marxismo y ni siquiera sabía de quién se trataba él.
Nunca lo conocería, y desechó varias invitaciones para visitar a K con gastos pagos por las Fundaciones. Pero este sí que es otro tema.

Quizás todo este conjunto de cosas - capacidades actorales, fuerte personalidad, voz poderosa, mente clara - hacían que Armando tuviera un gran magnetismo personal. Era imposible que pasara de largo en cualquier reunión por sólo esos motivos, pero era mucho más difícil ver que detrás de esas cualidades obvias, "concretas", había otra clase de energía que fluía a través de él.

Gracias al cielo, yo me percaté inmediatamente de esta otra particularidad, me interesó intensamente y decidí mantener el contacto con él.
Quiero hacer notar que si yo no hubiera captado esto último en su persona, no hubiera hecho nada, absolutamente, para seguir viéndolo. Para mí lo energético era fundamental - y sigue siéndolo.
Yo ya había estado cerca de personas famosas y distinguía claramente entre el efecto energético de los famosos y esa otra energía que rodeaba a Armando, provenientes del contacto con otras dimensiones de la Vida.
En realidad, más que su mente lógica y el hecho de que él fuera el traductor de K, fueron el evento de la primer mirada y su campo energético los que me decidieron a organizar reuniones en "La Probeta" para que Armando comenzara a venir; con toda seguridad una de las decisiones más buenas que tomé en toda mi vida.