El liberalismo no puede bancar algo tan personal como la creación artística, sería un contrasentido profundo, ya que la creación artística bien entendida es una de las aventuras más íntimas y solitarias del ser humano.
Aún si una obra fuera creada en grupo, sigue siendo esencialmente un contrato entre las profundidades creativas y la expresión exterior.
Cuando el artista tiene un mecenas se ve limitado o condicionado por el mismo.
Una cosa es no bancar a artistas que expresan acuerdo o son propagandistas de la ideología de turno y muy otra es abandonar la educación artística, porque es parte de la educación misma.
El Arte, cuando pasó a ser mera autoexpresión en vez de canal de realidades trasnpersonales, entró en una espiral de degeneración que en algún momento tocará fondo.
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