Vinieron a visitarnos dos mujeres, madre (S) e hija (F). Difícilmente pueda haber personas más uranianas/galácticas que ellas. Nos conocíamos desde hace más de 20 años, pero nunca se había dado la oportunidad de hablar.
Como siempre que sucede cuando se encuentran los uranianos, el reconocimiento mutuo es tan rápido que a la media hora ya estábamos hablando de cosas profundas que por ahí - como dijo S. - muy rara vez se comparten con otras personas.
Eran uranianas aisladas, sin un buen conocimiento de su condición, lo que les había traído un sinnúmero de problemas en cuanto a lo social, lo económico e incluso en lo espiritual.
Hablamos de muchas cosas, sobre todo del proceso de mutación de la humanidad.
Les expliqué mi punto de vista; es decir, la analogía de los uranianos con los ojos (todo el resto del cuerpo ve a través de un pequeño grupo de células, asimismo, a través de los uranianos todo el resto de la humanidad ve las realidades sutiles).
También hablamos sobre de la existencia de un "plan" o algo así, en el sentido de que nuestra evolución está siendo dirigida.
Y llegamos a un tema interesante: esta mutación, ¿sucede también a nivel biológico, o es meramente psicológica?
Todas las personas que conocí, que hayan pasado por la experiencia de "la energía" (como lo llamamos nosotros; Krishnamurti le decía "lo otro", o "la presencia") siempre hemos sentido - durante la experiencia - "algo" en la zona que va desde los hombros hasta la cabeza, pasando por el cuello, la zona de atrás de las orejas, la nuca, etc.
Es un algo que puede ser definido como cosquilleo, intensidad, tensión sutil, energía... en fin.
¿Es posible que durante esas experiencias estén sucediendo mutaciones biológicas-energéticas en nosotros?
Yo creo que sí, absolutamente.
No creo que pueda haber una mutación en niveles sutiles sin una previa o simultánea mutación en los niveles más densos.
Es interesante observar que estas sensaciones no aparecen en el estado de "vacío", es decir, aquellos estados de claridad en donde uno se conecta con una Gran Mente que está por debajo de las apariencias físicas.
Sólo aparece en esos sagrados momentos en que el vacío "está lleno".
S. había tenido multitud de diferentes experiencias energéticas, pero de éstas sólo había tenido unas pocas, quizás 4 o 5. Con todo, habían sidos muy intensas y significativas; dijo que cuando las recordaba solía conmoverse hasta las lágrimas.
S. había tenido la intención de comenzar una comunidad en los Andes mucho antes de saber de mi teoría de que será en los Andes Centrales donde comenzarán a formarse núcleos uranianos. Ella siente, como yo, el llamado de las altas montañas, esos espíritus inmensos, poderosos, celestiales.
Hablábamos de los Espíritus del Mar, de los Bosques, y de las Montañas con la naturalidad de quienes hablan de viejos parientes conocidos. Nuestra percepción de esas entidades era exactamente la misma.
El Sagrado Mar, ante quien Krishnamurti bajaba levemente la cabeza cuando llegaba a la playa, es inmenso e imponderable, y asi también los Espíritus de los Bosques (también K solía detenerse al borde de un bosque para "ver si era bien recibido" antes de entrar)
Pero los Espíritus de las Montañas son otra cosa...
Es muy lindo compartir estas cosas.
Los "normales" viven en un mundo artificial, sin siquiera conocer de nombre a estas entidades. Son huérfanos de los Espíritus de la Tierra, han crecido en un universo donde todo es por azar o por capricho de un dios miserable, irascible y vengativo, donde todo se debe lograr por el esfuerzo propio, en contra de los deseos de los demás... ¿cómo no van a ser crueles?
Les presenté a los árboles del jardín, donde milagrosamente crecen los Hongos (no son comunes por aquí) y hablamos de muchas cosas más, incluyendo las nuevas formas de Arte que vendrán, la relación con las energías sutiles y densas, el cuidado de las nuevas generaciones de uranianitos (la hija tiene un hijo precioso que ya tiene todas las señales de ser uno de nós)
¡Que importante es que los mutantes se junten!
Es algo bueno para todos, sin excepción.
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