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viernes, junio 10, 2016

El continente de las aguas




De regreso a Argentina luego de algunos años europeos uno siente los cambios sucedidos en una forma algo diferente a los que se quedaron viviéndolos gradualmente aquí.

En primer lugar – y como siempre ha pasado – uno nota esa cualidad caótica en comparación a Europa.  El orden y la estabilidad no están presentes en Argentina así como tampoco en el resto de Sudamérica - Chile pareciera estar saliéndose del molde, sin embargo.

Y luego, el verdor. Los árboles y el cielo. La exuberancia que produce la abundancia de agua en el continente más húmedo del mundo.
Los demás continentes lucen, al lado de Sudamérica, como más secos, más poblados, y con una geografía general menos espectacular. Digamos, nada se compara a los Himalayas, pero es que los Andes están muy cerca de esa cordillera madre. En algunos sitios, como en la Puna argentina, hasta se tiene el sentimiento del Tibet.

Sin embargo, nada, absolutamente, se compara ni cercanamente al Amazonas, ni al Río de la Plata, ni a las cataratas de Iguazú, etc.
Con el desierto más seco y muerto del mundo no muy lejos de la selva más grande y más viva que existe, y metido entre los dos océanos mayores, Sudamérica es realmente única en los aspectos relacionados al agua, que es la vida misma.

Y el agua también es el caos.

Quizás todo esto esté relacionado, y el caos y el agua y el verde y las historias que aquí se suceden sean finalmente todo y la misma cosa nomás.   

          

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