martes, marzo 19, 2013

La revolución de una escuelita silenciosa

Es interesante observar el hecho de los temperamentos. Aquí en Shibumi vinimos con un cubanito que es pura potencia física. En un par de días ya está construyendo una casa de bambú al tope de un árbol de mango.
Otra persona del grupo, cantante y emocional, como corresponde, ya estuvo enseñando español a través de la música.
Otro, más intelectual, hablando con los directores sobre la naturaleza de la escuela, etc.

Los 3 temperamentos básicos se notan desde muy temprano, y ese predominio seguirá toda la vida.
Los recién llegados no somos más que esos mismos niños, crecidos. Y seguimos haciendo lo que ya hacíamos en la escuela: en un grupo, tendemos a desogarnizar, organizar o llevar las energías a un plano más sutil (mutar)

En esta escuela (Shibumi) los fundadores aprendieron de sus experiencias anteriores, grosso modo, vieron como su proyecto de mutación de las energías derivaba luego hacia el caos o el orden. Como en el resto de los casos que me ha tocado ver, simplemente las escuelas o proyectos educativos similares, como comunidades, simplemente se disgregaron, por admitir demasiadas personas caotizantes. En medio, sobrevivieron malamente, ya sin espíritu, unos cuantos años más, pero cuando la energía caótica predominó por completo... adiós. 
En el caso de los proyectos que derivaron hacia el orden, la escuela ganó prestigio, y lo puramente académico terminó matando al espíritu original. Y hablo solamente de escuelas porque no me ha tocado ver comunidades que hayan derivado al estado de orden. Todas las comunidades pasaron directamente desde un propósito de mutación, quizás conseguido en las primeras etapas por un tiempo, a la admisión de personas caotizantes con la esperanza de mutarlas. Y luego admitieron a otra persona caotizante. Y a otra, y a otra... y como el caos llama al caos... finalmente púmbate.



En oposición a las así llamadas "revoluciones" de izquierda y de derecha, caracterizadas por sus gritos desaforados ante los micrófonos en las manifestaciones, la verdadera revolución puede 
partir - y lo está haciendo - desde una maestra de hablar suave y maternal

Habiendo experimentado esto en carne propia, aunque sin definirlo con las mismas palabras que yo, en Shibumi llegaron a la conclusión de que el elemento caotizante puede ingresar a la escuela incluso desde la casa de los padres del alumno. 
Entonces comenzaron un riguroso sistema de admisión de los alumnos: una larga serie de entrevistas con el grupo familiar, siendo que los padres deben demostrar un claro interés por las enseñanzas de K, y el niño, además, tener ciertas cualidades.

Esto, que parecería ser demasiado duro, sin embargo está dando resultados milagrosos que luego mostraremos por video. 

En todo grupo es interesante observar la "pelicula muda", es decir, sacando todas las palabras del medio. 
¿Qué hace un individuo con las energías grupales?
Existen sólo esas 3 posibilidades: desorden, orden, mutación. Los medios por los cuales se vale un individuo para cambiar las energías de un grupo importan muy poco, y suelen ser la pantalla, el engaño en el cual caen otros. El resultado final es lo que importa.

Un ejemplo: Hitler (siempre lo nombro, porque es el ejemplo perfecto)

Sus proposiciones engañaron a un país que dista de ser considerado ignorante, porque hablaba en nombre de la ciencia de esa época, de las leyes de evolución, selección genética, etc etc.
Millones cayeron en esas palabras engañosas, encontrándolas juiciosas, profundas, verdaderas, y dieron su vida por ellas.
Ahora, si miráramos la película muda de Hitler, lo que veríamos es a un tipo que llega a un grupo (Alemania) la ordena brevemente, y luego termina en un desastre descomunal.
Es en el "producto final" donde uno ve la verdadera energía que predominaba en alguien. Durante el apogeo nazi, nadie diría que su energía era caótica, ya que todo lo que uno veía era la adoración del "nuevo orden", las palabras basadas en la ciencia de entonces... y sin embargo...

El estado de mutación proviene de un ordenamiento previo. Esto es lo que estamos viendo en Shibumi. El estricto proceso de selección hace que no haya ni un solo niño que desentone, que rompa el clima de silencio, respeto y alegría relajada que reina hasta en los baños de este lugar.

Claro que no se puede tener una idea clara hasta no estar aquí, pero trataremos, a través de los videos, de acercarles más esta realidad que es revolucionaria, según entiendo. 

Es irónico pensar que un cambio mundial pueda irradiarse desde los silencios de una escuelita perdida en el Sur de la India, pero esto es lo que se siente aquí.
En oposición a las así llamadas "revoluciones" de izquierda y de derecha, caracterizadas por sus gritos desaforados ante los micrófonos en las manifestaciones, la verdadera revolución puede partir - y lo está haciendo - desde una maestra de hablar suave y maternal.

En este lugar, la naturaleza no es magnífica como en Valley School, ni las presencias energéticas son tan imponentes, etc. 
Aquí lo extraordinario va por el lado de la determinación de estar atentos al propósito original: la mutación.


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