El Descubrimiento del Orden

Respuesta a la pregunta: "qué es el orden? Quién decide qué es el orden?"

Hay un orden natural sobre el que nadie tiene poder alguno.

La secuencia "1, 2, 3, 4..." tiene que ser seguido por 5. Cualquier otro número no estará allí por ser su lugar natural, estará allí por razones delirantes o por ignorancia. Como ejemplo de esto último, hay tribus primitivas que numeran así:
1, 2, 3...X.... muchos.
A partir de cierto número (generalmente 10, por los dedos de las manos) ya no hay cuentas.
En cuanto a las razones delirantes podemos citar las ideologías o supersticiones, como ser los edificios que pasan del piso 12 al 14 para evitar el piso 13 de la mala suerte.
Pero la verdad inmutable es que al número 12 le seguirá el 13.

Y así son los problemas: cada hecho de la vida solo admite una respuesta correcta: la respuesta inteligente. No hay soluciones alternativas ni posteriores. La solución a una guerra es no haberla comenzado.
Alguien dijo que una obra de arte es cuando cada elemento está en su lugar correcto. Un pequeño trazo, nota o forma fuera de lugar... y adiós obrita: se convierte en una Gioconda tuerta, en un Partenón rengo, en una Novena Sinfonía con ritmo de pachanga.

Así que nadie tiene el poder de decisión sobre qué es orden y qué no: el orden ya está allí. No somos libres al respecto; solo podemos descubrir el orden, no decidir a cuál de las infinitas posibilidades que se nos ocurran llamaremos "orden".

La gran paradoja de todo esto es que el descubrimiento del orden se produce desde un estado de creatividad, que ya es orden en sí mismo.
Dicho de otra manera, solo la mente ordenada puede descubrir el orden en la naturaleza, la respuesta correcta a los problemas; la mente caótica simplemente impone su propio "orden" fantasioso creando más caos a cada paso.