sábado, enero 13, 2007

La Mente Profunda y las Decisiones Correctas

Hoy me levanté y me mandé una de esas super sesiones de yoga que eran acostumbradas para mí cuando tenía 20-24 años, allá por los años mágicos de 1977-80. En aquel entonces llamábamos a estas series salvajes "Prana Yoga" (ahora hay varios estilos con ese nombre, pero no tienen nada que ver)
Y son "salvajes" porque consta de pranayamas tan intensos que eventualmente uno no sabe dónde está parado, de relajaciones tan profundas que uno se queda dormido, y de asanas tan fuertes que uno lagrimea. Finalmente, las meditaciones son también muy "rectas".
Todo esto a veces ocasiona un estado muy particular; es un estado de conexión con algo mayor, un estado de fluidez, claridad, felicidad, vacío.
En ese estado se nota claramente que hay una sola entidad debajo de todo lo que vemos. Mientras uno lo ve, uno es parte de ello.
Estuve como 6 horas en ese estado, que se fue diluyendo gradualmente por la tarde.
Pero la experiencia me suscitó algunas preguntas.

Hace varios días venía pensando en el valor real de decisiones aparentemente "insignificantes".
¿Qué es una decisión "aparentemente insignificante"?
Pongamos un ejemplo. Hace 2000 años una persona tambalea en la penumbra, llevando una vela. En su casucha de madera, hay sólo dos lugares donde puede colocar la vela; en una caja cerca de un montón de ropa o en una mesa más elevada. Vacila un segundo; se decide por la caja cerca del montón de ropa.
Esa pequeña, insignificante decisión se transforma luego en un hecho histórico, y decide la muerte de miles de personas: se trata del incendio de Roma.

¿Hay "decisiones insignificantes"?
Existen experimentos que apuntan hacia un hecho increíble de la mente: las decisiones no las toma la mente consciente. En efecto, si se le dice a una persona que elija entre dos objetos y tome uno y se mide la actividad cerebro-muscular, se descubre lo siguiente: algo (la mente subconsciente o inconsciente) da primero la orden al sistema muscular que tome uno de los dos objetos, y MEDIO SEGUNDO DESPUES la mente consciente CREE que ella ha tomado la decisión.
Es decir, no somos conscientes del proceso que toma las decisiones dentro nuestro. Creemos que tomamos las decisiones, pero eso es un espejismo total.

Finalmente, todos hemos experimentado que una decisión incorrecta trae situaciones incorrectas donde luego se toman otras decisiones incorrectas, lo que finalmente lleva al dolor.
Por otra parte, también hemos visto que las decisiones correctas llevan de igual manera a situaciones correctas que acarrean felicidad.
Muchas veces vemos a esas personas que un día tomaron una decisión incorrecta, y luego, en una catarata, tomaron otra y otra y otra, hasta que finalmente su vida se convierte en un ovillo de enriedos del que sólo la muerte los puede rescatar.

¿No es tremendamente importante permanecer en un estado en el cual solo se puedan tomar decisiones correctas?
¿Hay otra posibilidad de tomar decisiones correctas que no sea formando parte de esa Mente Total?
¿No es esto una revolución? ¿Hay otra revolución posible?


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