A pesar de lo que parece, el evento del “despertar” de Jim Carrey no es algo simple y simpático que está entre lo místico y lo cómico.
Es algo que oculta profundas implicancias, que va desde lo histórico a nivel mundial (sí...) hasta la naturaleza misma de lo que es la iluminación, y según creo, además tiene mucha importancia para aquellas personas que personalmente llamo “mutantes”, es decir, aquellos que tienen la capacidad de mutar psicológicamentge porque (supongo) tienen algún tipo de mutación desconocido a nivel biológico que les permite alcanzar estados de comprensión y sensibilidad a los que la enorme mayoría de la población no puede acceder.
Para estos mutantes, cuyas señales son muchas y van desde nacer con ciertos astros en lugares específicos, tener una fuerte relación con el mundo de los sueños y las energías sutiles, poseer una particular belleza física y una gran afinidad con la Naturaleza, la experiencia de Jim Carrey no es algo que pertenezca a las historias fantásticas de los grandes místicos, sino más bien, algo íntimamente “familiar” que ha afectado sus vidas más allá de sus memorias.
Y por tal razón, por ser tan íntimos a esa experiencia trascendental, es que muchos de los mutantes que nos visitan en este blog se han quedado estupefactos con el “despertar” de Jim – incluso yo – con el añadido de que tal evento pareciera estar relacionado con un notorio ladrón de las enseñanzas de Krishnamurti, como lo es Eckhart Tolle.
Las preguntas que surgen son variadas:
¿Es posible que una persona se “ilumine” a través de libros de un estafador?
Si es así, entonces... ¿es posible que Tolle sea un iluminado, a pesar de que copia grandes trozos de Krishnamurti, sin nombrarlo, los deforma horriblemente, y encima se hace millonario por dar al mundo tal vómito?
¿Están fallando las Fundaciones Krishnamurti en la difusión de las enseñanzas, dejando que tomen esa iniciativa los múltiples intérpretes de la enseñanza – contra los cuales Krishnamurti se pronunció y nos advirtió hasta en su lecho de muerte - o el adulteramiento de las enseñanzas de esta manera es algo inevitable, temporal, en el proceso de expansión de la futura religión mundial?
¿Es posible tener tal experiencia y luego salir a clamar ante el mundo para llevar multitudes a tal estado, tratando a esa experiencia como algo no muy diferente de una droga?
Y por último:
¿Es la experiencia de Jim Carrey la real iluminación, o sólo una experiencia colateral y la iluminación es otra cosa?
Creo que debemos comenzar por aquí:
¿es real la experiencia de Jim Carrey?
¿Qué fue lo que le pasó?
Para quienes han convivido con ese misterio no hay dudas que la experiencia de Jim es real. Eso se nota tanto por su descripción de cómo le sucedió, de cómo lo relata, como por el efecto que tuvo en él.
Hay dos tipos de mutantes: aquellos que han tenido esa experiencia en forma consciente desde muy pequeños, y quienes – sin recuerdos de aquellas primeras veces – se topan con ella en su juventud-adultez.
He observado con frecuencia que ambos tipos de mutantes reaccionan de forma muy diferente cuando esa experiencia “vuelve” cuando ya son mayores: aquellos que lo han vivido desde niños o andan muy en contacto con ello, no hablan, apenas sonríen cuando son interrogados al respecto, y no gustan expresar nada, porque algo les resulta muy claro:
hablar sobre ello obstaculiza su regreso.
Mientras tanto, el segundo grupo de mutantes, los que se topan con la experiencia en la adultez, salen al mundo desaforados a clamar a los cuatro vientos que están iluminados, que es lo más grandioso, etc etc etc
Y no es para menos: en verdad es una experiencia maravillosa, única.
Pero aquí se vuelven a dividir las aguas:
una parte de estas personas luego orienta sus vidas hacia la convivencia con ese milagro, con el silencio, con la Naturaleza, y llevan una vida más o menos pura, y generalmente no se sabe más de ellos mientras ejercen un profundo efecto sobre la mente global humana, pero otros sufren un retorno del pensamiento al poder bajo la forma de un ego reforzado, y comienza a usar tal experiencia para sus propósitos – generalmente económicos o de fama.
Es aquí donde encontramos a los intérpretes-ladrones de Krishnamurti, mientras que en el otro grupo de los mutantes “secretos” se ocultan las famosas 10 o 12 personas que pueden salvar al mundo, según K.
A mí no me caben dudas que muchos de los deformadores actuales de la enseñanza de K (si no todos) han pasado por esta experiencia. Se lo reconoce a distancia, es familiar, no mienten cuando dicen eso.
Pero... ¿cómo es posible que una experiencia sagrada permita el retorno del pensamiento-ego?
La explicación es, en realidad, muy simple:
existe la experiencia de lo sagrado, y existe la comprensión.
Son dos cosas diferentes.
Muchísimas personas en este mundo experimentan lo sagrado, y no son totalmente conscientes de que lo hacen, pero en cambio, las personas que comprenden la naturaleza del “yo”, de la ilusión, son ínfimas en número.
La experiencia de Jim Carrey no es algo que le suceda a uno en cien millones, sino más bien todo lo contrario: es una experiencia natural no sólo del ser humano, sino de toda la Naturaleza. Y como golpe de humildad adicional para el supuesto “Rey de la Creación”, debemos añadir que, en realidad, nosotros los humanos somos los menos afortunados al respecto, ya que las montañas, el mar, el viento, los árboles, animales, etc. están mucho, muuuuuucho más en contacto con lo sagrado que nosotros...
Tal experiencia, cuando ocurre, ocurre “globalmente”. Es algo – como bien dice Jim – que “viene y se va”. Esa percepción es exacta.
Cuando sucede en una habitación con gatos, por ejemplo, uno puede ver claramente cómo ellos lo sienten a su manera, y se desperezan en júbilo. Y ni hablar de los árboles, esos sabios silenciosos.
Cuando eso le sucedió a Jim, todo lo que le rodeaba seguramente se hundió en esa bienaventuranza, pero mientras él era altamente consciente de lo que le sucedía, para algún vecino suyo, más atenazado por sus pensamientos, sólo sería “un buen momento”.
Miremos ahora su experiencia más detenidamente: estaba leyendo una parte de un libro de Tolle que hablaba sobre el pensamiento como causa del dolor en el mundo, cuando puso a un lado el texto y se puso a mirar él mismo, por sí mismo, el asunto. Debe de haberlo hecho en forma seria, porque de alguna manera, eso invitó a ese suceso. Para los lectores serios de Krishnamurti, éste es un suceso “acostumbrado”.
Pero... ¿cómo pudo sucederle con un texto de Tolle?
Muy simple: porque esa parte que estaba leyendo no es de Tolle, sino de Krishnamurti.
Y muy de Krishnamurti.
Si hubiera estado leyendo a Tolle mismo – y sólo a Tolle - jamás hubiera podido pasar por esa experiencia. Ahora esperemos que el “veneno Tolle” no convierta a Jim en otro Tolle más – como si hiciera falta.
Los intérpretes de Krishnamurti se parecen a un mozo que recibe del mejor cocinero del mundo el plato más sabroso para llevarlo a la mesa de un comensal. Por el camino, el mozo escupe en el plato, y cuando llega a la mesa, dice al comensal que él es quien lo preparó, que es su receta personal.
Y luego el mozo se queda con toda la admiración - y el dinero, por supuesto.
Pero aún así, a pesar del escupitajo secreto, el plato dejará transparentar la gran exquisitez original del cocinero. El comensal aún podrá apreciar y llegar a estados trascendentales mientras lo saborea, con mocos y todo, porque el poder de la belleza sobrevive a la maldad.
Lo que le pasó a Jim no es la iluminación, sino una experiencia de lo sagrado que es común a toda la Vida.
La iluminación es comprender, percibir los hechos tal como son, en su pureza total, sin la deformación del pensamiento.
La experiencia de lo sagrado no libera, necesariamente, a una persona de las redes del “yo”. Si esta experiencia no está contenida luego por una vida de pureza, donde el pensamiento es relegado y donde la percepción, la sensibilidad y la energía toman el mando, el pronóstico es sombrío... uno puede quemarse o volverse un Tolle, lo que es lo mismo.
Como dijo Krishnamurti: “si usted no es serio no se acerque, porque este fuego lo quemará”
Y aquí recuerdo a Armando Clavier, en una anécdota que quedó fuertemente impreso en mí.
Nos hallábamos sentados debajo de grandes árboles en una plaza delante del Teatro Coliseo, en Buenos Aires, Armando, su hijo Claudio, mi amigo Abel y yo. En ese entonces (1978-79) con Krishnamurti acercándose a la Fuente, el mundo entero parecía bendecido con energías tremendas que luego no he vuelto a sentir con tanta intensidad.
Estábamos, pues, sentados frente al teatro donde Krishnamurti había hablado en los años 30, cuando de pronto sentí que algo descendía como una lluvia entre las ramas de esos árboles enormes. Cuando le dije a Armando lo que había pasado, me respondió: “Sí, bajó como una cortina” - por supuesto, ligeramente a la izquierda.
Todo cambió. En esa nueva dimensión sagrada, Armando me hizo notar cómo el espacio y el tiempo eran diferentes, cómo TODO era diferente, cómo todo era una unidad...
Caminamos durante unas 4 horas en ese estado de profunda felicidad. En una de las vueltas por la plaza, pude ver que no había ninguna división entre nosotros y los árboles, o las estrellas, o la Tierra.
En un momento, Armando jocosamente dijo, mirando a la luna en lo alto: “sólo faltan los ovnis”. Y nos contó una experiencia de ingravidez que había tenido un par de veces.
Nosotros mismos caminábamos ingrávidos. Eran tiempos milagrosos.
Luego, Armando hizo un comentario sobre Silo, un personaje público de la Argentina de los 70-80, que lo había ido a visitar. Armando me dijo que él se había comunicado realmente con él, pero que luego Silo se había perdido en la maraña de los pensamientos, dando origen a un movimiento político-social. Le dije: “¿cómo es posible que alguien que haya tenido esta experiencia, luego vuelva al yo”?
Respondió: “Hay que tener cuidado. El yo puede apoderarse incluso de esta experiencia y usarla en su beneficio”.
En ese entonces, a mis 22 añitos, me parecía increíble tal afirmación... pero pude ver cuán exacta era, a medida que los años pasaron, y de primera mano: yo mismo, luego de tales experiencias, caería en un pozo durante los años 80.
La experiencia de lo sagrado, aún con todo lo “deseable” que es, no es aún el punto máximo que salvará a la Tierra.
La Tierra será salvada de la garra de los ávidos seres humanos sólo por la comprensión del mecanismo del pensamiento, del ego, y la naturaleza vacía de la percepción.
Cuando Jim puso aparte el libro envenenado de Tolle y consideró por sí mismo las palabras de Krishnamurti profundamente, sinceramente, comprendió algo. Y con esa comprensión vino esa bendición.
Ahora nos queda por ver el final de la película más importante de Jim, y es si pondrá definitivamente aparte a los libros de Tolle, y se encaminará él, por sí mismo, hacia la comprensión silenciosa de los hechos, o si su pensamiento volverá a tomar el poder y asociará equivocadamente a Tolle con su experiencia y se volverá uno más de los explotadores.
¿Se quedará con la comida más rica del mundo, o con los mocos?
“El moco en el manjar” bien podría llamarse esta película suya... es difícil no mirar con simpatía lo que le está sucediendo, y espero de corazón que aparte de nuevo los libros de Tolle para ver por sí mismo, pero esta vez para siempre, y en su lugar tome el original, el libro del Cocinero Máximo – e inapetente, podría agregar ;)
Abrazos a todos, en particular a MK2, a quien le debo en parte esta madrugada feliz al escribir esto.
Por supuesto, hay mucho más de qué hablar, como ser el papel de las Fundaciones Krishnamurti en todo esto. La Fundación americana está asociándose con Tolle, Byron Katie y otros intérpretes de la enseñanza, ignorando así las advertencias de K, y tienen su responsabilidad en lo que está sucediendo, pero creo que es tema para otra nota. Por hoy, suficiente.
Escrito con una buena energía en las sierras de Córdoba, esperando que les llegue...
martes, septiembre 21, 2010
domingo, septiembre 19, 2010
Los mutantes van saliendo del armario: Jim Carrey
Gracias a MK2, quien me envió este link y me ha dejado en estado de semi shock, comparto con ustedes uno de los videos más asombrosos que me ha tocado ver en relación a las enseñanzas de Krishnamurti, y su difusión. Inesperado podría ser otra palabra.
Espero sus comentarios; por mi parte, encuentro que hay que tratar el tema cuidadosamente porque esconde muchas implicancias. Por ahora todo lo que puedo decir es algo personal, y es que ahora entiendo más por qué Jim me caía tan bien no sólo en sus películas sino también en sus reportajes, etc... es que se trataba de un mutante. De uno de los nuestros.
Por lo menos, ya sabemos que estaremos divertidos en el futuro mundo mutante!!!
Pero las implicancias de este suceso en la difusión de las enseñanzas de Krishnamurti, el papel de las Fundaciones con respecto a la difusión, el problema de Tolle y sus secuaces, etc, merece un comentario más... inspirado. Mientras la inspiración sucede (si lo hace), los leeré a ustedes.
Abrazos
Espero sus comentarios; por mi parte, encuentro que hay que tratar el tema cuidadosamente porque esconde muchas implicancias. Por ahora todo lo que puedo decir es algo personal, y es que ahora entiendo más por qué Jim me caía tan bien no sólo en sus películas sino también en sus reportajes, etc... es que se trataba de un mutante. De uno de los nuestros.
Por lo menos, ya sabemos que estaremos divertidos en el futuro mundo mutante!!!
Pero las implicancias de este suceso en la difusión de las enseñanzas de Krishnamurti, el papel de las Fundaciones con respecto a la difusión, el problema de Tolle y sus secuaces, etc, merece un comentario más... inspirado. Mientras la inspiración sucede (si lo hace), los leeré a ustedes.
Abrazos